Hasta que el ser humano no vuelva a la reconexión con el orden de la naturaleza y su alimentación se siga basando en alimentos desvitalizados, de agricultura extensiva, envenenados con químicos, azucarados y alimentos cárnicos, estará expuesto cada día a nuevas enfermedades que reflejan la pobreza inmunológica, la falta de adaptación al entorno y la perdida de calidad biológico

¿Te sientes apática y aletargada? Quizás es el momento de introducir el sabor picante en tu dieta.

En motivo de nuestra primera colaboración con hemos querido saber un poco más sobre esta asociación por eso hemos hablado con Marina Sánchez, Social Media de AFANOC.

El otoño es momento de cosecha, de guardar el fruto que nos ha ofrecido la tierra durante el verano, de almacenar. En la naturaleza podemos ver cómo el ritmo se vuelve más lento, hay una energía descendente, de ir hacia el interior, de espera.

Atrás quedaron los días largos veraniegos, las horas intensas de sol, las comidas un poco más caóticas y caprichosas, más ingesta de líquidos y frutas, más ensalada. Desesperadamente tomaste todo lo que fuera refrescante y frío, a veces sin ningún cuestionamiento, es lo que tiene el verano una expansión a todos los niveles, un derroche de energía igual que sucede en la naturaleza.

La microbiota intestinal está directamente relacionada con nuestra salud gastro intestinal, pero es además, una pieza fundamental en el buen funcionamiento de nuestro sistema inmunitario. Su equilibrio, tiene también, un efecto directo en nuestro cerebro y nuestro sistema nervioso. Cuidar de ella, por tanto, es fundamental para nuestra salud y bienestar.

El verano es la época del año en la que se producen más infecciones de orina. El calor y la humedad parecen ser los responsables de un aumento de cistitis en los meses estivales.

En verano, y especialmente si haces deporte o alguna actividad física fuerte, necesitas remineralizar. La hidratación durante y después de la exposición al sol, así como cuando realizamos deporte es fundamental, pero no suficiente.

La alimentación intuitiva es un enfoque de alimentación basado en escuchar y responder a las señales internas del cuerpo en lugar de seguir reglas estrictas o contar calorías. Se trata de confiar en tu intuición para satisfacer tus necesidades nutricionales y emocionales. Una de las premisas es comer cuando tienes hambre, en lugar de seguir horarios fijos, escucha las señales de tu cuerpo.

¿Ya has visto nuestro calendario de adviento solidario?

La sal es de vital importancia para nuestra salud, pero debemos saber con qué salamos nuestros alimentos. Si utilizamos sal de mala calidad puede ser un veneno cotidiano.

Las personas suelen perder masa ósea a medida que envejecen. La inactividad física y niveles más bajos de hormonas como estrógeno en mujeres y testosterona en hombres, así como una alimentación y un estilo de vida inadecuado afecta directamente a nuestra salud ósea.