¿Por qué tenemos antojos y cómo solucionarlos?
Las Navidades este año van a ser especiales. Estamos viviendo momentos que nunca hubiéramos imaginado y probablemente estemos sintiendo emociones que no habíamos sentido antes o que teníamos escondidas.
Dejar que nuestras emociones fluyan y hacernos conscientes de ellas es vital para nuestra salud. Incluso más que la calidad y el tipo de alimentos que consumimos. De hecho, nuestra elección a la hora de comprar y comer tiene mucho que ver con cómo nos sentimos.
En muchas ocasiones, cuando sentimos ganas de comer, no tenemos realmente hambre física, nuestro cuerpo no está reclamando nutrientes; lo que sentimos en muchos momentos es “hambre de amor” “hambre de atención” “hambre cariño” y nuestra mente inconsciente lo asocia a una necesidad de llenado que intenta saciar por la vía física.
Es muy importante escucharte y observar, ¿qué es lo que realmente necesitas cuando tienes deseos de dulce por ejemplo?, es falta de energía lo que te induce a tomarlos o ¿es algún tipo de carencia a nivel emocional, a nivel de relaciones quizás…?
Los antojos que tenemos están muy relacionados con nuestras carencias o desequilibrios a nivel emocional. Entenderlos es importante, pues pone a nuestra disposición una herramienta práctica para empoderarnos y tomar, desde el conocimiento, decisiones adecuadas sobre lo que vamos a llevarnos a la boca en cada momento.
Toma nota de los desequilibrios emocionales asociados a los antojos más comunes, y comienza a tomar riendas de tu vida y de tu bienestar:
1. Antojo de carnes, embutidos, huevos: este tipo de alimento tiene una energía muy yang que concentra, calienta y contrae.
Obsérvate: ¿sientes que estás dispersa? ¿notas frío y debilidad? ¿te cuesta ponerte en marcha? ¿Por qué? ¿hay sensación de vacío? ¿Por qué?
Intenta responder a estas preguntas y si es necesario, buscar la forma de reajustar tu estilo de vida y tu manera de relacionarte contigo misma y con los demás. Probablemente desde esa observación consigas ya mejorar esos antojos.
En todo caso, puedes ayudar a nivel de alimentación, incorporando alimentos que caliente, concentren y revigoricen. Todo es energía y todo es vibración, permite que la vibración de los alimentos que eliges, se instale en ti.
Aumenta el consumo de:
o Legumbres cocinadas con alga kombu
o Verduras de raíz preparadas en cocciones largas u horneadas: zanahorias, chirivías, bardana, nabos…
o Incorpora condimentos salados de calidad como el polvo de algas, el gomasio…
o Utiliza aliños salados elaborados con shoyu, tamari, vinagre umeboshi, miso…
2. Deseo de dulces: este tipo de alimento tiene una energía muy yin, que dispersa, enfría y relaja.
Obsérvate: ¿estás especialmente estresada? ¿la carga de trabajo es excesiva para ti? ¿hay niveles altos de tensión en tus relaciones? ¿Te sientes desbordada? Una vez más, lo primero será observar cómo puedes ajustar tu estilo de vida y ver qué decisiones necesitas tomar para reducir el origen de estrés, pues si no corriges la causa, continuarán los antojos.
A nivel de alimentación, incrementa el consumo de alimentos ligeros y dulces de calidad que favorezcan la distensión y relajación:
o Verduras dulces como calabaza, boniato, zanahoria, coliflor…
o Cereales dulzones como el mijo o el arroz integral o Legumbres especialmente dulces como la azuki cocinada con calabaza. o Postres caseros de texturas cremosas y endulzados con melazas de cereales.
o La bebida de manzana kuzu es ideal para ayudarnos a relajar.
3. Deseos de bollería: este tipo de alimento se utiliza mucho como tapadera a nivel emocional.
Obsérvate: ¿Qué no estás queriendo sentir? ¿hay algo en tu vida que no quieres ver? ¿qué emociones estás intentando tapar? ¿qué no estás queriendo vivir?
A veces preferimos no ver lo que tenemos en nuestra vida porque nos molesta o es doloroso, e ignorarlo parece ser la solución más sencilla. Te animo a empoderarte, a permitirte a observar lo que no quieres ver, y a partir de ahí, a tomar las acciones que creas necesarias para cambiarlo.
Para poder hacerlo es esencial desarrollar el coraje, así que aumentaremos también los alimentos que tonifican la energía del elemento agua.
A nivel de alimentación:
o Comienza reduciendo las harinas, aunque cueste.
o Toma trigo sarraceno con frecuencia que ayudará a fortalecer tus riñones
o Soja negra y azukis como fuente de proteína o Verduras de raíz que ayuden a fortalecer y remineralizar o Elige fermentos largos como el miso o la puré de umeboshi
o Sopas con ligero sabor salado.
4.Deseos de comidas grasientas y mantequillas: este tipo de alimento llena y sacia con rapidez.
Obsérvate: ¿Sientes una sensación de insatisfacción en tu vida? ¿Tienes necesidad de “llenarte”? ¿Predomina la tristeza en tus emociones? ¿No disfrutas de lo que haces?
Si la respuesta las preguntas anteriores es sí a, es hora de ponerse manos a la obra y comenzar a realizar cambios en tu vida. Te ayudará llevar una alimentación equilibrada basada principalmente en alimentos variados de origen vegetal.
La variedad de sabores y texturas ayudará a armonizar diferentes emociones. Así, el sabor dulce ayudará a reducir tensión y estrés, el salado estimulará el elemento agua asociado a la valentía y el coraje, las texturas crujientes crearán el dinamismo para pasar a la acción, mientras que las blandas facilitarán la calma y el reposo.
En cuanto a las grasas recuerda:
o El consumo de aceite crudo enfría y dispersa.
o Las semillas y frutos secos son una muy buena fuente de grasa.
o Puedes sustituir la mantequilla y margarinas por cremas de frutos secos como tahin, crema de almendras, etc…
o Aumentar la cantidad de proteína que tomas también ayuda, especialmente las legumbres que tienen un efecto saciante.
o Si vas a preparar frituras que sea ocasionalmente y utiliza aceite de oliva virgen extra, uno de los más resistentes a las altas temperaturas y la oxidación.
¡Feliz toma de consciencia!
Artículo escrito por Isabel Moreno, autora de Macrosano y consultora Macrobiótica