Consejos para afrontar el verano tardío
Según la teoría de las 5 transformaciones de la energía, tenemos 5 estaciones relacionadas con los 5 elementos. La estación después del verano se denomina verano tardío y está asociada al elemento Tierra.
La energía de este elemento es fundamental para la vida y se relaciona con todos los demás elementos. De hecho, se relaciona con todos los cambios de estación, y se expresa por un periodo de dos a tres semanas en los dos solsticios y los dos equinoccios.
El verano tardío es un momento para “tomar tierra”, para volver a nuestro centro, para enraizarnos bien y prepararnos para la nueva estación que llega.
Cuando tenemos un desequilibrio en tierra, podemos sentir alteraciones a nivel físico y emocional.
Emocionalmente:
- Puedes sentir preocupación de forma exagerada y obsesiva.
- Tener dudas continuas sobre las que no consigues tomar decisiones.
- Puedes tener excesiva necesidad de atención y apoyo por parte de los demás, llegando a depender de ellos.
- Y probablemente te costará concentrarte y sientas repentinos cambios de humor.
- Básicamente se siente una falta de confianza en la vida y una sensación de no ser “sostenida”.
A nivel físico:
- Estómago, bazo y páncreas son los órganos asociados a esta estación, curiosamente gracias a lo que ingerimos y trasformamos a través del sistema digestivo somos “sostenidas” también.
- Observa cómo está tu capacidad de “digerir” a todos los niveles, física y emocionalmente.
- Quizás sientas bajones de energía después de comer o especialmente a media tarde.
- También puedes experimentar antojos incontrolables de dulce, el sabor asociado a este elemento.
¿Quieres equilibrar la tierra en ti y entrar con fuerza en la siguiente estación? Toma nota de algunos sencillos consejos y recupera tu centro, tu fuerza y tu capacidad de manifestación.
En tu alimentación:
- Evita el exceso de crudos, es momento de volver al centro. Los alimentos crudos tienen una energía enfriadora y de descarga ideal para la primavera y el verano. En esta época del año, será mejor reducirlos ligeramente.
- Si no lo has hecho ya, elimina definitivamente el azúcar. Este endulzante hace trabajar el páncreas en exceso y causa altibajos a nivel anímico debido a los picos y bajadas de glucosa que produce, induciendo a estados de ansiedad e irritabilidad.
- ¡Apúntate al Mijo! Es el cereal ideal para esta época del año. Su sabor dulzón ayuda a relajarnos y nos reconforta. Tiene una energía que nos templa y ayuda a secar el exceso de líquido y humedad que podamos tener, ayudándonos a adaptarnos mejor al otoño. Es el único cereal alcalino y además no contiene gluten. Lo puedes utilizar en tus cremas de desayuno, en sopas, en la preparación de croquetas o albóndigas y pasteles salados.
- Prepara un condimento de alga Arame y toma una cucharada al día. El alga arame tonifica el estómago y el páncreas. Curiosamente es el alga con sabor más dulzón de todas. Para preparar el condimento, pon a remojo un buen puñado de alga Arame durante 15 minutos. A continuación, escurre el agua y coloca en un cacito con 2 cucharadas soperas de Tamari y la misma cantidad de concentrado de manzana y de agua. Lleva suavemente a punto de hervor, tapa y deja que se cocine hasta que se evapore el líquido. El alga preparada así queda deliciosa. Puedes utilizarla para decorar tus cremas o simplemente añadir 1 cucharada al día a tus platos.
- Da prioridad al sabor dulce en tus comidas. ¡Y dulce no significa azúcar! Las legumbres cocinadas de forma lenta, las verduras redondas estofadas, o las compotas de frutas endulzadas con pasas y orejones crean sabores dulces que ayudarán a relajarte y volver a tu centro.
- Cocina a media llama, en cocciones lentas como estofados. Si horneas utiliza papel vegetal para cubrir y mantener la humedad. Si cocinas al vapor utiliza la tapa.
- ¿Quieres una bebida ideal para esta estación y para desequilibrios en el elemento tierra? Prepárate un té de verduras dulces. Te ayudará a mantener tus niveles de glucosa estables, a superar el bajón de energía de media tarde y a reducir tu antojo de dulce, recobrando así tu fuerza interior.
Elaboración: Coloca en una cazuela una taza de bien picadita de zanahoria, cebolla, calabaza y col, junto con 1 litro de agua. Lleva suavemente a hervor y luego cocina con tapa a fuego suave durante 30 minutos. Cuela y guarda en el frigorífico.
En tu estilo de vida:
- Tómate el tiempo necesario para poder disfrutar de tus comidas tranquila y relajadamente. Comer rápido o en tensión perjudica tu sistema digestivo y desequilibra tu tierra.
- Mastica, mastica y mastica. La masticación es la base para una buena digestión y tu estómago lo agradecerá. Ensalivar bien los alimentos que ingieres ayuda además a alcalinizarlos.
- Desarrolla actividades relacionadas con el arte, la pintura, la danza… que estimulan el hemisferio derecho de tu cerebro, de tal forma que equilibres el exceso de actividad intelectual que habitualmente realizamos y que estimula la actividad del hemisferio izquierdo. Recuerda se trata de volver al centro.
- Obsérvate con frecuencia. Si ves que tus pensamientos están dispersos y divagando, invítate a centrarte en lo que estás haciendo para poder así concretar, crear…
- Camina descalza por la tierra. Además de conectarte a este elemento, te ayudará estar presente y a descargar el exceso de carga electromagnética de tu organismo.
- Confía en la vida. Cuanto más confías, menos dudas, menos tensas y milagrosamente mejor fluye todo. Focalízate en lo que quieres conseguir y suelta. La confianza en la vida es una práctica diaria que te ayudará a vivir desde la serenidad, mejorando tu estado de ánimo y tu sistema inmune.
Artículo escrito por Isabel Moreno, consultora Macrobiótica y creadora de Macrosano