Mejorar la circulación con alimentación
Según la medicina macrobiótica, el sistema circulatorio se corresponde con la transformación fuego e involucra el corazón y el intestino delgado.
El 90% de los nutrientes se absorben en el intestino delgado y por eso hay que mantenerlo limpio y flexible. El hígado y el bazo también son fundamentales para una buena circulación sanguínea, ya que el bazo ayuda a que la sangre circule adecuadamente. Y a su vez, si hay toxicidad acumulada, eliminarla es tarea del hígado sino las venas pueden perder elasticidad.
Cuidar el sistema linfático también es básico para evitar la mala circulación, este sistema recoge a través de la linfa buena parte de los residuos que circulan por la sangre.
Las arterias y venas que recorren nuestro cuerpo llevando la sangre allí donde se necesita, deben ser flexibles y limpias, para evitar que la circulación se entorpezca.
Alimentos para nutrir las funciones del intestino delgado y el corazón:
El sabor amargo, presente en los alimentos tostados: achicoria, diente de león, endivias y otras verduras, es tonificante del hígado y de las funciones cardiovasculares.
También haré una mención especial al trigo sarraceno y su contenido en rutina, un flavonoide que actúa en sinergia con la vitamina C, precursora del colágeno. Esta mezcla procede como protector de la elasticidad de los vasos sanguíneos.
Otros alimentos útiles:
Cereales como el maíz, el amaranto, el arroz rojo, bulgur, pesudocereales como la quinoa.
Verduras: calabaza de cacahuete, verduras de hoja grande.
Frutos secos como las nueces, semillas tostadas, gomasio.
Legumbres grandes, judías rojas.
Pickles de corto tiempo.
Algas: especialmente el alga nori y el alga kombu que ayudan a la eliminación de toxinas y metales pesados del torrente sanguíneo.
Sazonar nuestros platos con especias tiene doble funciona, dar sabor y aportar beneficios:
4 condimentos que protegen la circulación: ajo, jengibre, cúrcuma y limón.
El ajo es un anticoagulante natural que ayuda a que la sangre circule mejor en los vasos. Junto con la cebolla, estimula la circulación sanguínea y disminuye la viscosidad de la sangre.
El jengibre fluidifica la sangre. El consumo frecuente y habitual de jengibre ayuda a movilizar la energía y activa la circulación de la sangre al hacerla más fluida.
La cúrcuma es antiinflamatoria y fácil de usar. Buena parte de sus beneficios para la circulación se deben a su efecto antioxidante, que contrarresta la acción de radicales libres y tóxicos en el organismo.
El limón mejora la elasticidad. La vitamina C del limón, en pequeñas cantidades, es imprescindible, pues interviene en la formación de colágeno y elastina, unas proteínas que influyen en la pared capilar.
Aunque existe una idea muy difundida de que la sal perjudica el aparato circulatorio, cabe la aclaración que es el sodio procedente de la sal común y no la sal la que perjudica. Por el contrario, la sal marina no refinada, es rica en la traza de más de 90 oligoelementos necesarios para una optima salud. La sal tiene que ser vegetalizada, es decir, consumir siempre cocinada.
4 puntos básicos para tener una circulación saludable
- Tener una dieta adecuada, sin exceso de productos cárnicos y grasas saturadas o café, azúcares simples y alimentos extremos. También es importante saber el origen de los ingredientes ya que la agricultura extensiva contiene químicos y pesticidas.
- Mantener una vida activa a través de la actividad física moderada. Cuando hay problemas circulatorios conviene elevar las piernas y realizar ejercicios repitiendo el movimiento del tándem y es importante evitar permanecer de pie, quieto o sentado durante largos periodos de tiempo. Camina diariamente, nada, utiliza la bicicleta. Estos ejercicios ayudan a activar el riego sanguíneo.
- Utilizar técnicas de hidromasaje: duchas frías en las piernas, emplastos con hojas de col para refrescarlas.
- Evitar el estreñimiento, manteniendo una alimentación rica en fibra, un exemplo es tomar regularmente algas agar agar.
Una receta ideal para estimular el sistema circulatorio.
Gelatina de frutos rojos
Ingredientes:
15 gr de agar agar
2 cucharadas soperas de sirope de arroz
1 cucharada sopera de kuzu
1 litro de zumo de manzana
1 cuenco de frutos rojos
una pizca de jengibre en polvo
una pizca de sal
Elaboración:
- Calentar 750ml de zumo de manzana.
- Disolver el agar agar en el zumo y cocer durante 15 minutos.
- Disolver el kuzu y el sirope de arroz en el zumo restante e incorporarlo al agar agar removiendo constantemente hasta que el kuzu quede transparente.
- Agregar una pizca de sal o jengibre en polvo y dejar que se enfrie un poco
- En una bandeja de cristal añadir los frutos rojos, verter la mezcla de la gelatina y dejar enfriar.
NOTA: Para saber si la gelatina cuajará correctamente, pon una gota en un plato. Si se queda pegada significa que cuajará correctamente, en caso contrario podemos añadir más agar agar y cocer durante 5 minutos más.
¡Buen provecho!
“No podemos olvidar que una buena circulación tiene que ver también con cómo circulamos por la vida”, ¡circula con fluidez!
Artículo escrito por la consultora Macrobiótica, Patricia Restrepo