La sal es de vital importancia para nuestra salud
¿La sal es buena para nuestro cuerpo?
La sal es de vital importancia para nuestra salud, pero debemos saber con qué salamos nuestros alimentos. Si utilizamos sal de mala calidad puede ser un veneno cotidiano.
Nuestros huesos están hechos de sal y minerales igual que el esqueleto de la tierra y, según la macrobiótica, es el alimento que proporciona el fuego al organismo y al espíritu. Por otro lado, el azúcar es la dispersión y relajación que nos puede llevar a perder la cordura y a enfermar. El consumo de sal nos ayuda a recuperar el centro, la salud, el entusiasmo y la fuerza vital.
Cómo usar la sal en nuestro día a día:
Para empezar la sal siempre se ha de cocinar ya que a partir de su cocción libera la fuerza nutritiva de la vida. De hecho, la única forma de disolverla es con el fuego. Sin embargo, el abuso del consumo de sal, especialmente si es cruda, refinada o alta en sodio o si no se cocina adecuadamente, se estanca en el organismo. Esto nos lleva a una rigidez física y mental y la formación de piedras renales o calcificaciones como la artrosis.
Deberíamos priorizar la sal marina no refinada. Esta ha sido fuente de salud y vida desde los orígenes de la tierra. En la antigüedad la sal era considerada un producto de lujo ya que no estaba al alcance de todo el mundo, por eso se le dio un valor desorbitado hasta tal punto que el trabajo prestado se pagaba con sal, de aquí la palabra “salario”.
Qué alimentos no se deben consumir bajo ningún concepto
Existen ciertos productos que no son una buena forma de consumir sal. Por ejemplo: la sal de mesa común y refinada tiene un 99,99% de cloruro de sodio y el resto de yodo y dextrosa, este último una forma de azúcar. El miso, shoyu y tamari elaborados con soja transgénica contienen potenciadores de sabor como el glutamato monosódico.
Alimentos salados que nos ayudan
El alga kombu, el miso, el shoyu, el vinagre, el puré o ciruelas de umeboshi, las aceitunas y el tamari orgánicos y no pasteurizados constituyen una forma de sal beneficiosa para el organismo.
Una buena manera de salar tus platos es con la sal marina no refinada o la sal rosa del himalaya que no está refinada ni contiene aditivos se formó hace más de 250 millones de años a raíz de la desecación de los depósitos marinos en un ambiente natural no contaminado. Es rica en minerales puros y olegoelementos como el calcio, hierro, magnesio y potasio.
¿Qué beneficios nos aportan los alimentos salados de buena calidad?
Desde un punto de vista oriental, la sal es un elemento yang y en pequeñas cantidades caliente y mueve la energía hacía la parte baja del cuerpo y hacia dentro permitiendo que la energía vital fluya elevando la vitalidad.
El efecto salado contribuye al drenaje de toxinas y reconstituye el hueso y el pelo. También mejora la sexualidad y potencia la erección. El sabor salado estimula la digestión ya que realza el sabor de los alimentos facilitando el flujo de saliva y jugos gástricos. En el aspecto mental crea un carácter disciplinado con capacidad de materializar mejorando la concentración.
Si la tomamos en forma de miso, tamari, umeboshi o aceitunas estamos repoblando la flora bacteriana ya que estos alimentos derivan de una fermentación. También nos ayudan a alcalinizar el organismo.
Los condimentos como el vinagre de umeboshi combinan el sabor salado y el sabor ácido que ayuda al hígado.
Receta salada para tus platos veraniegos:
Ensaladilla rusa de mijo
Ingredientes:
Un puñado de rúcula
1 pepino
1 zanahoria
1 cebolleta tierna o cebolla roja
½ limón
Un chorrito de aceite de oliva
Preparación:
1.Cocina el mijo con 2 partes de agua por una de grano a fuego medio hasta que se consuma toda el agua.
2.Pasa el mijo por un colador con agua fría y reserva.
3.Corta el pepino, la zanahoria y medio tofu a cuadraditos pequeños y deja marinar con el vinagre de umeboshi.
4.Corta la cebolleta tierna en trozos pequeños y prénsala un poco en sal marina.
5.Vamos a hacer una mayonesa de tofu: tritura el medio tofu restante con 3 dedos de agua, un chorrito de aceite y una pizca de sal. 6. Mezcla el mijo con los ingredientes cortados.
7.Incorpora la rúcula.
8.Añade la mayonesa de tofu y mezcla bien para que quede todo integrado.
Artículo escrito por Patricia Restrepo, Directora del Instituto de Macrobiótica de España.