Volver a la rutina después del verano
Atrás quedaron los días largos veraniegos, las horas intensas de sol, las comidas un poco más caóticas y caprichosas, más ingesta de líquidos y frutas, más ensalada. Desesperadamente tomaste todo lo que fuera refrescante y frío, a veces sin ningún cuestionamiento, es lo que tiene el verano una expansión a todos los niveles, un derroche de energía igual que sucede en la naturaleza.
Poco a poco esta expansión se va convirtiendo en contracción, el aire se gira y refresca, las noches son más cortas, tenemos un sueño más reparador, los paseos en las noches son una delicia, la naturaleza nos va preparando para el equinoccio, transitando por un período corto conocido como el veranillo Indio o Veranito de Sant Martín, en macrobiótica lo llamamos “veroño” y según la teoría de las 5 transformaciones se denomina transformación tierra.
Este es un período de transición que tiene un efecto esponja en el organismo, eliminamos los excesos expansivos que tomamos en el tiempo estival, y que en algunos casos dilataron de más los órganos, haciéndonos experimentar cansancio, piernas pesadas e inflamadas, somnolencia después de las comidas…
La transformación tierra o veroño, nos sirve de transición hacia el otoño que en Occidente comienza oficialmente el 22 de septiembre con el equinoccio de invierno, donde el día y la noche tiene la misma duración.
Antiguas tradiciones tenían la creencia que ese día, que sólo se da 2 veces cada año, tiene una energía particular que potencia e invita a tomar decisiones, cambios y planear las cosas importantes. Quizá por esto en esta época planificamos nuestro año laboral y lectivo y organizamos agendas hasta el tiempo de la próxima floración.
Sin embargo desde la macrobiótica alertamos que estos movimientos energéticos se empiezan a manifestar casi un mes antes, de manera que cuando el otoño se instale totalmente, nuestro organismo psicofísico se encuentre preparado y adaptado.
El otoño es la época más oscura y se caracteriza por la variabilidad e inestabilidad del tiempo y los cambios intempestivos de temperatura,. No es la estación más fría, pero sí la más ventosa, y en algunos casos lluviosa, pero igualmente puede haber días de intenso calor.
En esta época la energía se recoge, se retira de la superficie y se va al interior para concentrarse en el núcleo vital de todo para poder conservar la energía y el calor hasta la próxima temporada de verdor.
La oscuridad, la inestabilidad del clima y la contracción de la energía son un desafío para el organismo. Si pasado el tiempo estival seguimos tomando los mismos alimentos y mantenemos el mismo estilo de vida apto para esa estación no nos adaptamos de forma adecuada a la nueva. Y si ya de por sí hay una tendencia a la fragilidad y caída del cabello, al cansancio extremo, a la depresión, diarrea, resfriados, trastornos intestinales, erupciones cutáneas, sinusitis, alergias, vómitos y toda suerte de descargas que no son otra cosa que la eliminación del exceso expansivo, estos síntomas se agravarán.
Pautas de alimentación para empezar el año lectivo de manera óptima en el comienzo del otoño
• Reducir los alimentos y preparaciones que abren, depuran y enfrían el cuerpo. Las frutas, zumos, ensaladas crudas, refrescos y verduras de verano como el tomate, pimiento, berenjena, lechugas, pepinos, calabacines o judías verdes.
- Evitar el agua fría y las bebidas frías, sustituyéndolas por agua del tiempo, infusiones y caldos de verduras.
- Deja atrás los azúcares simples de absorción rápida de todo tipo (blanco, moreno, de caña, miel etc.) y todo lo que los contenga (chocolate, bollería, pastelería, refrescos, zumos azucarados, golosinas). El consumo de azúcar daña los sistemas nervioso e inmunitario, bajando drásticamente el número de glóbulos blancos (defensas), además de provocar pérdidas importantes de minerales que debilitan nuestros tejidos, huesos, pelo, uñas… Los dulces concentrados dispersan la energía, abriendo el cuerpo y saboteando el proceso de estabilización y condensación energética.
- Evitar los lácteos de todo tipo (leche, yogur, mantequilla, requesón, cuajada, queso…), que inflaman las mucosas e inducen la sobreproducción de mucosidades que las atascan y ensucian, favoreciendo las infecciones. • Introduce cocciones más largas y calientes, como guisos, estofados, cremas, sopas y preparaciones especificas como nishime, kimpira, salteados largos .
- Utilizar diariamente verduras de sabor dulce, como zanahoria, chirivía o cebolla y todo tipo de coles. Estas nos ayudarán a aportar dulzor natural y también calentaran y estabilizaran el cuerpo, las emociones, además de fortalecer el sistema digestivo e inmunitario ya que, según la macrobiótica, protegen el bazo, páncreas y estómago, órganos que se ven especialmente expuestos en esta estación.
- Es el momento de preferir las verduras cocidas frente a las frutas crudas.
- Utiliza con más frecuencia arroz integral, arroz rojo y mijo. El arroz integral es un gran regulador de la energía que estabiliza la temperatura corporal y sana los intestinos, y el mijo es reconstituyente y remineralizante.
- Los potajes de garbanzos con calabaza y cebolla o azukis con verduras dulces y un poco de miso blanco, son una fuente extraordinaria de proteína, limpian intestinos y generan calor profundo.
- Podemos encontrar dulce natural en las calabazas, boniatos y castañas pilongas (de un año para otro) o las manzanas cocidas que generan un dulzor gratificante y confortable.
- Las sopas y caldos como la sopa de miso o las sopas de verduras condimentadas con sal marina o tamari ayudan a la eliminación de excesos del verano, calientan y dan confort.
- Desayuna porridge de mijo, de arroz rojo o blanco endulzado con amazke o melazas de cereales. Podemos cocerlos con castañas pilongas y un poco de alga kombu. Estos porridge proporcionan una vitalidad que se mantiene durante todo el día favoreciendo la concentración y niveles estables de glucosa orgánica.
Es importante mantener un estilo de vida equilibrado:
- Muy importante un buen descanso con la habitación totalmente a oscuras e ir temprano a la cama.
- Retoma las rutinas de auto cuidado. En verano nos relajamos como es natural, pero es indispensable que a principios de septiembre volvamos a nuestros horarios habituales. • Mantén una actitud positiva. Existe una conexión estrecha entre nuestros pensamientos y emociones. Nuestros pensamientos se materializan en cada emoción y provocan la liberación de sustancias y hormonas que determinan nuestra salud y nuestro nivel de energía o estados de ánimo. Incluso vigila como te hablas a ti mism@, porque según lo que te digas estarás condicionando tu vida en una u otra dirección.
- Los pensamientos negativos, el estilo de vida acelerado y estresado son contrarios al ciclo natural y nos inducen a la producción de niveles altos de adrenalina y cortisol que nos pueden dejar extenuados, con dolores físicos, agresivos, con falta de memoria y un sin fin de disfunciones. Los pensamientos positivos, por el contrario, nos llevan a la producción de oxitocina, serotonina, dopamina, endorfinas hormonas de la felicidad.
Remedios caseros para empezar la vuelta a la rutina
- El caldo de verduras dulces es un imprescindible.
- Crema de calabaza con miso blanco.
- Estofado de cebollas con algas arame.
- Consumir algas arame en las sopas de verduras y en estofados con tempeh.
- Bebida de kuzu con umeboshi.
- Bebida de sirope de arroz con kuzu.
- Añadir un poco de kuzu a los caldos o sopas de miso.
- Mijo con verduras dulces y algas arame.
- Estofado de garbanzos con castañas enriquecido con un poco de miso de garbanzos.
- Infusión de equinácea para subir las defensas.
- Aceite esencial de Ravintsara.
- Friega corporal.
Algunas recetas que te ayudaran con la transición de verano a otoño
Caldo de verduras dulces
Para ayudar a estabilizar las emociones y la glucosa en sangre
Ingredientes:
½ Calabaza
½ Cebolla
½ Zanahoria
½ Col repollo
Preparación:
1. Cortar a partes iguales las verduras.
2. Añadir 4 vasos de agua.
3. Hacer hervir 5 minutos.
4. Cocer a fuego bajo 20 minutos.
5. Colar y tomar caliente.
Dura tres días en nevera.
Se debe de calentar siempre que se toma.
Con el resto de las verduras se pueden elaborar croquetas o añadir a sopas.
Estofado de garbanzos con mijo
Genera centro y estabilidad en el cambio de estación.
Ingredientes:
1 vaso de garbanzos dejados a remojo con un poco de alga kombu
4 vasos de agua
½ vaso de mijo lavado Una rodaja de calabaza
Una cebolla
Una cucharada de miso de garbanzos
Una cucharada de aceite de oliva
Una pizca de cominos
Una pizca de cúrcuma
Sal al gusto
Preparación:
1. Lavar los garbanzos ya remojados y llevar a cocer en la olla rápida con el alga kombu.
2. Saltear con un poco de aceite la calabaza, la cebolla, la cúrcuma y unos granos de comino.
3. Cuando los garbanzos estén blandos, incorporar el salteado junto con el mijo previamente lavado con un poco de sal.
4. Dejar cocer durante 15 minutos más.
5. Añadir el miso en el último momento. Este plato será de consistencia caldosa. Se puede servir con un poco de perejil.
Feliz cambio de estación
Artículo escrito por Patricia Restrepo, Directora del Instituto de Macrobiótica de España.