Entrevista a Laura Riera, responsable de los équidos en FAADA
Hemos hablado con Laura Riera, responsable de los équidos en FAADA para que nos contara como está la situación de los équidos en España actualmente y como trabajan desde el proyecto Nayati.
1. ¿Qué inspiró a FAADA a comenzar este proyecto?
Debido a la crisis económica actual, y a la situación de sequía, muchos de los responsables de équidos se han visto desbordados por la situación y no pueden hacerse cargo de los gastos de sus animales; por otro lado, los refugios están llenos y su situación económica es también muy crítica. Así, pensamos que con el dinero que pudiéramos obtener de donativos podríamos ayudar no solo a los refugios sino también a aquellas personas que pasan por una mala situación económica a darles un respiro pagando algunos de los gastos de sus caballos. De esta manera evitamos colapsar más refugios o que los animales tengan un mal destino.
2. ¿Cuál es la situación actual? ¿A qué desafíos os enfrentáis?
La situación es muy crítica, más que nunca. Por un lado, tenemos como decimos la crisis económica y por el otro la falta de agua. La gente que tenía caballos en extensivo, ahora tienen que comprar forraje para alimentarlos, y este ha subido el doble o el triple su precio. Nos enfrentamos al peor momento en el mundo del caballo. Mucha gente deberá cerrar sus hípicas, otros no podrán proporcionarles las atenciones y los cuidados necesarios, muchos animales van a sufrir y morir. Debernos buscar soluciones no solo para el presente, sino para el futuro.
3. ¿Cómo se financia el proyecto?
Nayati se financia gracias a vuestra generosidad, La Finestra, y a una donante particular que también ha contribuido por segundo año consecutivo y se ha implicado mucho.
4. ¿Cuáles son los criterios de selección de los casos? ¿Y su procedimiento?
Hay varios criterios: por un lado, están los particulares que llaman a Faada porque no pueden mantener a su caballo, pero no quieren desprenderse de él. Evidentemente nosotros no nos hacemos cargo de todos los gastos de los équidos de las personas que llaman, pero sí ofrecemos ayuda puntual a los que pasan por un mal momento; pagar una factura del veterinario, unos meses de pupilaje en una hípica, unos sacos de pienso, etc.
Después están los que irremediablemente no pueden seguir manteniéndolo y quieren darlo en adopción. En este caso buscamos adoptantes o refugios que puedan acogerlos, pero pagamos todos los gastos iniciales y unos meses de alimentación. De esta manera, los refugios pueden seguir acogiendo a otros animales, sin ayuda solo incrementaríamos sus problemas. Se paga el traslado, la castración, la primera visita veterinaria con sus vacunas, desparasitación y revisión. También pagamos una visita de un podólogo y si hace falta dentista. Una vez saneado el caballo pagamos unos meses de alimentación por adelantado.
5. ¿Qué impacto está teniendo este proyecto en la comunidad local y en la concienciación sobre el bienestar animal?
Realmente desconocemos el impacto que está teniendo, pero desde luego siempre intentamos concienciar, aunque un número importante de las llamadas son de la gente que ha utilizado el caballo toda su vida para su disfrute pero que una vez éste se hace mayor….de repente ya no lo quieren. Se creen que les daremos solución, pero no la hay. Los pocos refugios que hay de équidos no pueden acoger todos los casos que llaman. Pero nuestra ayuda, aunque llegue a bastante gente, es simbólica, atendemos un % muy pequeño comparado con lo que no podemos atender.
6. ¿Qué tipo de condiciones suelen enfrentar los caballos o asnos al llegar al refugio?
Pues depende de cuál sea su origen, si están abandonados o son fruto de un decomiso las condiciones en las que llegan son deplorables. Caballos sin atención veterinaria, sin ni siquiera alimentación, normalmente con muchas patologías derivadas de una vida miserable…si son dados en adopción por gente que no puede mantenerlos normalmente las condiciones son mejores.
7. ¿Puedes compartir con nosotros algún caso que haya sido especial?
Todos los casos son especiales por una razón u otra, pero el caso el burrito Kiko es un claro ejemplo de abandono, aunque haya un propietario detrás. Kiko estaba en un campo, sin agua ni comida, sin recibir atención veterinaria de sus heridas. Kiko tuvo la suerte que el vecino del campo se ocupó de su manutención hasta que llegamos nosotros, alertados por el Seprona, y nos ocupamos de darle todos los cuidados que necesitaba y llevarlo a “Les Set Cabretes”, un refugio para burros.
8. ¿Cómo os aseguráis de proporcionar un ambiente seguro y enriquecedor para los équidos rescatados?
Por un lado, a veces buscamos los adoptantes directamente y escogemos a los que mayor bienestar les pueden dar, y por otro los llevamos a los pocos refugios que hay en Cataluña, refugios que conocemos, que tienen una trayectoria de muchos años, y sabemos que van a estar muy bien allí.
9. ¿Cuáles son los desafíos más comunes a los que se enfrentan los caballos rescatados durante su proceso de rehabilitación?
Pues como sabéis, cuando teníamos el proyecto Shanaan, recibíamos a los équidos más traumatizados por el humano. Muchos de ellos no podían acercarse a nosotros, pasaban meses sin poder tocarlos, pero teníamos que retornarles la confianza en el ser humano y para ello hay que tener mucha paciencia y dinero para poder pagar los gastos que requieren. Es una rehabilitación mucho más difícil que la física, la psicológica.
10. ¿Qué planes de futuro esperáis para este proyecto?
Pues mientras sigamos teniendo donativos seguiremos ofreciendo los recursos para ayudar a los équidos de Cataluña, sean de donde sean. Nos gustaría poder ayudar a muchos más, pero también es importante poner unos criterios a la hora de ofrecer esa ayuda, para que sea justa. A veces es muy difícil decidir a quién ayudas y a quien no, normalmente el criterio es que realmente estén en apuros, y que no se desprendan de él solo porque se ha hecho mayor. Estos son los que más sufren, porque lo han dado todo al humano durante toda su vida y ahora los desechan por inservibles, pero hay muy pocos adoptantes para caballos mayores y con patologías, cuesta mucho mantenerlos. Este debería ser el principal problema a resolver; te ha dado su vida y ahora tú lo dejas morir, pero lo peor no es tan solo la muerte, sino el maltrato, muchos de ellos acaban en el tráfico ilegal de carne de caballo. ¡Algunos responsables lo saben, pero otros no quieren saberlo! No todo el mundo debería poder tener un caballo.
Si quieres contribuir en este proyecto encontrarás el distintivo de FAADA en nuestras bebidas sin gluten de avena y arroz con cada compra hacemos un donativo al proyecto Nayati.