En invierno, protege tus riñones
Estamos en pleno invierno, las bajas temperaturas hacen que necesitemos abrigarnos más y que nos apetezca estar más tiempo en casa, a cobijo y resguardados de las inclemencias meteorológicas.
Es ésta una fase de recogimiento, de quietud, de reponer fuerzas. Así es la energía del invierno, una energía en estado latente, que parece incluso inactiva, pero que permanece ahí preparándose para la llegada de la primavera.
La energía del elemento agua nos invita a una fase de preparación para el inicio de un nuevo ciclo. El elemento agua simboliza la vida, la flexibilidad, el fluir, la capacidad de adaptación. El agua está presente en todo y nos enseña a no resistirnos a lo que nos presenta la vida, a aceptar con humildad, a adaptarnos.
El invierno es la estación en la que más predomina este elemento, y los riñones y la vejiga, órganos encargados de tratar el agua en nuestro cuerpo, son los relacionados con esta estación.
Por eso, necesitamos prestar especial atención a nuestros riñones en esta época del año, periodo durante el cual el frío y la humedad pueden debilitarlos.
Además de abrigarnos, es importante mantener la zona de los riñones bien protegida. Ir luciendo cintura en invierno no es la mejor de las opciones. En los países asiáticos es habitual el uso del haramaki, una especie de faja que protege la zona de los riñones, la zona lumbar y la abdominal, manteniéndolas calientes y resguardadas del frío y del viento.
Si sabes cómo hacerlo, puedes aplicarte compresas de jengibre que tonificarán la energía del riñón, y no estaría nada mal aumentar las horas de descanso.
Como ya sabes, la alimentación va a ser también esencial para tratar estos pequeños órganos, tan esenciales para nuestra salud y bienestar. Los riñones almacenan nuestra energía vital. Se dice de ellos que guardan nuestra esencia, que son nuestra batería de por vida, así que vamos a ver cómo cuidarlos.
Unos de los alimentos que más tonifican la energía de riñón son las legumbres. No en vano, la mayoría de ellas tienen forma arriñonada. La azuki, en particular, es la legumbre que más tonifica este órgano. Su suave efecto diurético contribuye a mantener el equilibrio hídrico adecuado en nuestro cuerpo. Esta legumbre es utilizada también para ayudar a mantener estables los niveles de glucosa y como fuente de proteína (21%) y de hidratos de asimilación lenta.
Además de preparadas en estofados, quedan deliciosas con cebolla y calabaza. Puedes preparar deliciosos patés incorporando aceitunas, alcaparras o verduras pochaditas a las azukis ya cocinadas.
También puedes elaborar sabrosas hamburguesas o croquetas. Añadiendo copos de avena, cebolleta y zanahoria rallada, ¡quedan estupendas!
Es también muy utilizada para la elaboración de bebidas medicinales como el té de azuki. Se trata de un caldo obtenido de la cocción de azukis y alga kombu que, tomado a diario durante varias semanas, ayuda a regular las funciones del riñón. De este modo, favorece la eliminación suave de cálculos y contribuye a un buen descanso, ya que reduce las visitas nocturnas al cuarto de baño.
El trigo sarraceno es el cereal más interesante en esta época del año. Conocido también como alforfón, es un pseudoceral sin gluten, que calienta y seca en profundidad, ayudando a eliminar el exceso de humedad acumulada tan perjudicial para los riñones. Además, ayuda a fortalecerlos y a devolverles su firmeza.
El trigo sarraceno queda delicioso preparado en forma de paella, o salteado con verduras de temporada. Es un cereal ideal para incluirlo en los desayunos de los meses más fríos. Se pueden preparar nutritivas cremas, tortitas o crêpes, que en tan solo unos minutos harán las delicias de los más pequeños.
Las algas son otro de los productos estrella para tonificar la energía del riñón. No en vano, crecen en el medio marino donde el agua alcanza su mayor expresión. Las algas ayudan a remineralizar nuestro organismo y la kombu, en particular, es la más indicada para problemas de riñón, estimulando una función adecuada.
Como siempre, recuerda que la cantidad de algas a utilizar es muy pequeñita, debido a la gran cantidad de minerales que contienen. Un trocito del tamaño de un sello es más que suficiente para una persona.
Una de las formas más sencillas de utilizar el alga kombu es añadiéndola a la cocción de las legumbres. El ácido glutámico que contiene ayuda a ablandar las paredes de las legumbres, facilitando su cocción, haciéndolas más digeribles y reduciendo la formación de gases.
El sabor salado de calidad, en pequeñas cantidades, es el sabor que más nos interesa en este momento. Los salados suaves estimulan y activan la función renal y llevan el calor hacia lo más profundo del cuerpo.
Condimentos como el tamari, el shoyu o el miso son ideales para esta época del año, y preparaciones como la sopa de miso ayudarán a tonificar la energía de riñón.
Además de utilizar el tamari para tus aliños y salteados, puedes probar a añadir un par de gotitas de tamari al té kukicha en los meses de más fríos. Notarás que te calienta en profundidad y te alivia la fatiga.
¡Disfruta del invierno!
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